12 ago 2006

19.- Esto si que no sé si....que no sé que pasa

Fué muy agradable el café con Augusto. El hecho de tomar café con un ente de ficción sin saber aún que eres tú, si ficción o realidad, es una sensación rara, un tanto inquietante, como si un fantasma te dá fuego cuando deseperadamente buscas un mechero. Te quedas un poco...lívido, aunque puedas fumar.

La conversación fué agradable. Al menos para él, a quien creo que conciencia no le falta, que la suya no se le ha ido o al menos no la ha matado o hecho desaparecer. Fué agradable, ya digo. Inquietante, ya he dicho, para mí. No hacía más que tocarle y pellizcarle para saber si sus gritos sonaban a papel. O su piel al retorcerse. Para saber si al tocarlo te da grima como cuando seco, despues de la ducha, pasas la manos por un papel de periódico.

Al principio, sorprendido, soltaba grititos y sonreía. Grititos como de risa tonta y eso. Al final, viendo que no funcionaba le dí el típico pellizco de monja que retuerces y retuerces tanto como para que, si Augusto Pérez hubiera sido de papel, le hubiera arrancado varias hojas. Ahí pasó de los ridiculos grititos a uno mucho más grande diciendo con voz impostada :"¡Basta ya, Jimenez con los pellizquitos de marras. Leche! No entiendo esta vena maricón que te ha dado ahora con tanto pellizquito".

- Joder, Augusto, reconóceme que es raro tenerte aquí. Apareces de pronto y....
- Jiménez, no seas incauto. Siempre he estado aquí, desde al menos hace veinte años a más.
- No jodas, niño,...
- Cuida tu vocabulario, Jiménez. No hay porque dejarse llevar por la mala palabrería y los vocablos malsonantes. Estoy aquí, ayer, hoy y mañana, seguro que tambien.
- Vale, vale,pero... Además, no te imaginaba yo así, con barba cana, entradito en carnes, con gafas y esa pinta de macarra que no es nada decimonónica. De hecho, me recuerdas a alguien.
- Incauto
- ¿Inacuto, yo?¿Por qué?
- Te lo cabo de decir, siempre estuve aquí, contigo. Más cerca de tí de lo que te crees. De hecho, Jiménez, hemos crecido juntos.
- No jorobes, Perez, empiezo a pensar que no te he visto en mi vida, que solo eres un ente de ficción como....
- Como decía Don Miguel
- Exacto, como decía Don Miguel. Eso creo, que eres un ente de ficción por él creado y esto debe ser un sueño o algo así. Debes entender que es raro hablar con alguien como tú.
- Observa, no mires. Busca la diferencia pensando en el fondo del bosque, no en la hoja que te tapa los ojos.
- ¿qué diferencia? ¿Que eres sino letras negras sobre papel blanco?. Eres un trozo de papel, un trozo de memoria. Por eso te mató o te hizo suicidar. Tu rebelión fué inutil. Tuviste el placer de conocer a un maestro, pero fué ....
- ¿Inútil? Yo estoy aquí. El no.

La verdad es que en ese momento me callé. No porque no quisiera decir nada, que no quería, sino porque el café hirviendo me achicharro la lengua dejándomela como un globo a medio soplar. "Eres lo que dejas cuando ya no estás", dijo." Esa es la diferencia que tú aún no ves"

- Cdeo que no de endiendo dien del dodo
- ¿qué?
- ¡ Que cdeo que no de endiendo bien del dodo¡ Ed que me he achicadado la dengua con el dafé daliente. Joded, ¡ que no se de dieres decid ....¡

Pero, eso fúe una huida a un callejón cerrado. Si sabía que había "quedido decid".

- Lo sabes bien, Jiménez. La diferencia entre Unamuno y yo es que yo estoy aquí contigo viendo tu lengua rojosa y él no. Yo estoy, él no. El, no.

Y me volvía a callar. No porque no pudiera decir nada, que no podía, sino porque el café se me derramó por toda la ropa. Incluso los calcetines. Y , al subir la mirada y volverla hacia él, sentí su mirada profunda, directa a mis ojos y caí. Supe a quien me recordaba.

A mí.

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