"Te estás haciendo viejo". Es probable ,Paca, muy probable que en este caso tengas algo de razón. "Siempre la tengo, Jiménez, siempre la tengo. Otra cosa es que no me hagas caso, pero soy tu conciencia y en lo que a tí respecta, siempre tengo razón". Vale, vale, no nos pongamos melancólicos (otra palabreja, ¿tiene algo que ver la melancolía con un cólico?¿Nefrítico?).
Paca, cuando digo que me estoy haciendo viejo, no es porque yo me sienta así, sino que de alguna forma, tus circunstancias personales te hacen que parezcas más mayor de lo que sientes. Pero eso tambien es hermoso, lo que sientes y lo que eres. Digo esto porque en algún momento de este blog os dije que tengo dos hijas, Mónica, la mayor, y Paula, la pequeña. Mis dos flores, mis mariposillas, mis pequeños genios. No porque sean genios de inteligentes o vivan en el interior de una pequeña lampara (aunque a veces las haga vivir dentro de una burbuja para que nada las pase), sino porque de verdad que tienen un genio de aquí te espero. Pero eso está bien, lo necesitarán y de alguna forma creo que eso las hará más fuerte para todo lo que las espera. No obstante, son cariñosas y maravillosas conmigo. Muchas veces más de lo que creo que yo soy con ellas. Aunque las adoro.
Porque son mis pequeñas. Mías. Y son las que me ahcen viejo, hermosa vejez. Y más que me espera.
Hoy, la mayor, se me ha hecho mujer. Más mujer. Por eso este blog de ahora tiene este sentido tan ñoño e intimista, tan tierno que es un poco cursi. Pero hoy no me importa. Mañana no lo sé. Pero hoy, no. Hoy no me importa. Gracias Mónica por hacerme sentir un poquito más viejo.
Paula, gracias por tus medallas de natación, por tus besos y tus miradas de amor. Aunque este blog va dedicado a Mónica (te quiero Moni), a tí tambien te adoro. Mi amor. Mis amores.
"¿Estas llorando?" Callate, Paca, coño.
Jimmy
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