21 jul 2006

16.- Mis hijas

-No, papi, no me des dinero.No lo necesito
-Cógelos los 10 euros, Pau. Te compras unas chuches e invitas a Martina. Y si te sobra, invitas a tu madrina y a Luis a una Coca-Cola.
-No, papi, no los quiero
-Cógelos, Paula. Cógelos por si un día quieres tomarte un helado o si hay feria cerca del pueblo te montas en alguna atracción.
-Bueno, lo que haré es que os traigo un regalo
- No, Pau, si quieres se los treas a tu hermana, pero te los doy para que los disfrutes tú.

Es imposible reproducir una conversación despues de un rato. O te la inventas o nunca será lo mismo. Las emociones cuando converso con mis hijas son inigualables. Créeme, no hay película que iguale ese sentimiento ni guión que te haga disfrutar tanto. Aunque a veces te quedes con un cierto sabor amargo. No hay actriz que logre superar la mirada de Paula ayer cuando mantuvimos este diálogo.

Es solo una semana el tiempo que estará fuera y ya la hecho tanto de menos. Sus besos. Pero sobre todo su mirada dulce, inquieta, llena de vida, de pensamiento y reflexión. La miro a menudo cuando ve los "dibus". Le veo concentrada. Reir. Me cuesta pensar cuando rie que el sonido de sus risas se apaga y me concentro para retenerlo en mi memoria.

Cuando llegue la pequeña, a los pocos días se me va la mayor con una amiga a Cadiz. Tambien de ella echaré de menos sus besos, para mi desgracia cada vez son menos porque ella se cree cada vez más mayor. Y la verdad es que cada vez lo es más. Casi, casi, una mujer. Echaré de menos las broncas con ella, el decirla "lee, lee al menos un poco", el "se acabó el ordenador, que llevas toda la tarde ahí". Tambien, oir a lo lejos los absurdos diálogos de eso que se llama Rebelde, que aún no sé si es Way o no. A pesar de la broncas y de la puta edad de pavo dichosa, sé que está ahí. Y además saca muy buenas notas en el cole. ¡Que más puedo pedir!

Cuando no están, casi me da miedo abrir sus habitaciones, pues el vacío de estas hacen que el vacío que me han dejado se haga más grande, casi inmenso. Casi insoportable. Mi único consuelo es que ellas se lo pasan fenomenal y pronto volverán a casa.

Todo esto provoca en mí una serie de extraños sentimientos. A tí, lector que no me lees, te lo puedo decir. Igual por eso, porque estas páginas apenas las ve alguien. Te decía que me provocaba un sentimiento extraño. Me explico. Nunca he pensado en la muerte. Ni me ha dado miedo. Era algo más en esta vida en la que como en todo cuando algo empieza sabes que tambien en algún momento acaba. Ultimamente, me da pánico. Sí, solo el pensar que eso me obligará a no volver a verlas. Y me aterrorizo.

No hay comentarios: